jueves, 24 de enero de 2013

Te quiero hermano.

Llámalo empatía, llámalo no puedo verlo mal. Dios sabe de su terquedad, pero sobre todo de su constancia, de su forma de ser auténtica, un tipo que se viste de principios a cabeza, y que no merece finales a los pies. Un tipo que no sabe sentir con reservas, y que cuando se entrega, el 100% se convierte en un absurdo porcentaje. Pero en este mundo éstas personas se cuentan con los dedos de una mano, y te sobran cuatro.

Me jode no poder decirte 'no te conformes con menos de' porque vas a tener que hacerlo, porque a tu lado todo va a ser menos. Pero me alegra poder decirte, que cuando caigas, vas a tener mi mano para levantarte. La mía y la de cualquiera que haya tenido el inmenso placer de conocerte de verdad. Y me alegra también saber que quien siembra, recoge. Y bien sabes que solo te pueden pasar cosas buenas, y que compartiré contigo todas las que pueda.

Sonríe nene, sonríe, los que estamos contigo nos lo merecemos, y sobretodo TÚ te lo mereces. Con lo que has currado toda la vida, sabes que los caminos tienen piedras y baches, y ahí está la emoción de vivir, el poder superarlos, echar la vista atrás, y ver todo lo que has aprendido de los malos momentos. Y la experiencia que te han dado para poder disfrutar todavía más los buenos que están por venir, que ya te digo, son muchos.

Te quiero hermano, siempre.




Vicente Viz.

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