miércoles, 30 de mayo de 2012

Todo lo que me debes.

Me debes una noche de San Juan, dos olas que saltar.
Me debes tres besos detrás de aquel escenario, cuatro 'te quiero' sin devolución.
Me debes cinco mañanas de hotel, tras seis copas de bombay-limón.
Me debes siete masajes con aceite, ocho orgasmos sin reloj.
Me debes nueve billetes de avión, a diez sabanas con tu nombre.



Vicente Viz.

domingo, 27 de mayo de 2012

Del verbo "renunciar a la esperanza".

Se doctoró en miradas, en sonrisas,
en su amante prohibida de quimera,
en la celda de sus cuatro paredes,
en cantos de sirenas engañadas,
en sinfonías en sol menor,
angustia de saraiba llorando en la ventana,
en cuerpos de mujeres que aún soñaba.


Andrés Suarez.

jueves, 24 de mayo de 2012

Buscando mi destino, viviendo en diferido.


Necesito saber, dime tu nombre.
De donde sale el sol, y de que se esconde.

Si miro alrededor no puedo comprender, me da pereza.
Si hay algún escalón, pa' dar un tropezón, voy de cabeza.
Tú y yo en la habitación para que vuelva amor, naturaleza.
Hay un televisor en medio del salón, no me interesa.

Vente a la sombra amor, que yo te espero.
Que tengo el corazón aquí con piel de hielo.
Vente a la sombra, vente amor, que yo te espero.
Que tengo ya el cerezo en flor, dentro del cuerpo.


Robe Iniesta.

domingo, 13 de mayo de 2012

Odio pensar.

Y es que no puedo evitar sentirme árbol caído,
del que musas despiadadas hacen leña, lo he vivido.
No puedo evitar mirar el trasfondo de sus ojos,
y ver como el amor nunca estuvo permitido.

Y es que no puedo respirar, si se me clavan sus sentidos,
evitar pensar sin cura, corazones malheridos.
No puedo dejar de trasnochar pensando en vinos,
que sus labios no rozaron, desfallecido.

Odio pensar que solo me quede versar tristeza,
odio pensar, no saber nada con certeza,
odio pensarla en otros brazos, con franqueza,
odio pensar que no tuve nunca esa pieza.

Esa pieza, para completar su vida, alteza,
esa pieza, para resguardar su risa, presa,
esa pieza, para mitigar sus miedos con firmeza,
esa pieza... a la altura de su belleza.

Y es que aún hoy cuando la miro, mi deseo,
se ve comprometido por la fuerza del camino,
que sus huellas dejaron tras de mi en un sinsentido,
que sus pasos borraron tras de si sin cometido.

Y es que aún hoy cuando me mira, desconfío,
de si sus ojos querrán lo mismo que los míos,
buscando escudos para sentimientos escondidos,
abatiendo mi mente cada vez que a ella le escribo.



Vicente Viz.

jueves, 10 de mayo de 2012

Asunción de ti.


Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesta al alcance
de mi suerte y mis ojos,
y que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
Y todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
por situarnos en alguna estación
por dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
yo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.

Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco de ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve riesgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.



Mario Benedetti.

martes, 8 de mayo de 2012

Baleo.

Soy víctima de acordes, por momentos, ruido incomprendido.
Pasando esta aduana mis maletas, equipaje sin sentido.
Yo herido.

Al otro lado de la barra, tu cintura es enemiga,
no quieras que te ponga todas las olas del mar a tu medida,
no es el día.


Andrés Suarez.

Te quiero proponer.

Te quiero proponer, invitar a inventar,
un nuevo plano entre tú y yo.
No te pido exclusividad,
no hay contratos que firmar,
solo ganas que saciar.

Me apetece un día más,
poder volverte a pintar,
sonrisas que no se van.

Me apetece un día más,
que me vuelvas a pintar,
corazones en la espalda.

Y es que sabes que es verdad,
que aunque ya esté todo habado,
tenerte en mi cama fue imborrable.

Y es que sabes que a pesar,
de todo el tiempo que ha pasado,
mi deseo se ha hecho impermeable.

Te quiero proponer, invitar a inventar,
un momento más entre tú y yo.
Cantarte otra vez al oído,
las cosas que otros escribieron por mi,
y saltar al vacío desde tu escote.


Vicente Viz.

lunes, 7 de mayo de 2012

Supongo.


Que a menudo me despierto borracho en los portales.
Y aunque no sé ni mi nombre sé que quiero abrazarte.
Te olvido pero, en el fondo te recuerdo y me digo,
¿Qué hay de falso en lo que muestro,
de cierto en lo que escondo?

Yo nací para echar piedras y romper el tejado,
que protege tu futuro, porqué pasé el pasado,
soñando algo a lo que te pareces.
Si ahora, mi reino se desvanece, me opongo.
¿Te tengo? ¿Me comprendes?
¿Te quiero o simplemente lo supongo?



Rafa Pons.

viernes, 4 de mayo de 2012

Ahora que sé que me lees.

Voy a aprovechar la inmunidad diplomática que la ebriedad concede a los que dicen verdades en voz bajita a oídos que quizá no quieran escuchar, para decirte que me encanta que me leas. Mientras quede alcohol en sangre tengo permitido robarte dos sonrisas más esta noche, mañana volveremos a la puta realidad.

Te mentiría si dijese que cada letra que escribo guarda un 'tú' entre líneas, pero bien sabes que siempre destacaste de entre todas mis musas. Como dice una canción, ni tu eres para mí, ni yo soy para ti, por más que yo te quiera (siese) y que podamos ser feliz (es). Y dios sabe lo que podríamos haber sido tú y yo, si no fuésemos tú y yo. Pero las cosas no vienen dadas como se quieren siempre. Me conformo con dibujarte, como ya he dicho, dos sonrisas de mucho (demasiado?) en mucho, y me quedo con el brillo de tu pelo reflejando el sol.

No hay dos más como nosotros, que hayan intentado tanto estar juntos, para acabar intentando aún más desaparecernos el uno del otro. Y míranos, casi cuatro años después y mandando mensajitos intentando borrarnos la memoria, de un día, que para mi (en este momento), ha sido de lo más inofensivo (mañana ya haremos inventario de daños).

Que sí, es a ti, te escribo a ti.

Cuídate mucho chiquilla, sabes que en el fondo siempre te he deseado lo mejor, y si en los próximos años vuelvo a intentar fugarme de tu risa, y tus recuerdos, cógeme, no me lo permitas, antes o después, pero cógeme. Como bien has estado haciendo hasta ahora.

"Acabado de escribir, dudo entre el publicar, o el 'guardar carta en el cajón del no tocaba', dudo en si firmarla, o dejarla al aire. Dudo si la entenderás como tuya, o si la leerás dentro de dos meses y no te recuerde a nada. Acabado de escribir dudo, siempre dudo. Pero de una cosa estoy seguro, me apetecía mucho escribirte."




Vicente Viz.