viernes, 23 de diciembre de 2011

Y ahora que? dijo.

Le costaba muy poco dormir en casa ajena, pero cuando llegaba la hora de volver a su casa los trayectos se le hacían eternos. Sus miradas se clavaban en la nuca, se adivinaba un pensamiento común, miradas críticas que rezaban "Irresponsable" con letras mayúsculas. La fiesta se había alargado, dejando la noche atrás hacía ya horas, la cara radiaba necesidad de sueño y aspirina. Ojos inyectados en sangre que toleraban con mucha dificultad la luz del sol reflejada en los cristales. La cabeza, entre vaivenes inevitables por la vibración que la marcha del autobús provocaba, estaba a punto de estallar. Inmerso en pensamientos, repasando en retrospección toda la noche minuto a minuto. No era consciente en ese momento de lo que había hecho.

Se inculcó con fuerza la filosofía de vida de vive el momento, 'carpe diem' y 'tempus fugit' iban de la mano, siempre reflejado en todo lo que hacía. Esto muchas veces le había conseguido momentos inolvidables, pero, otras tantas terminaba en arrepentimiento.

No fue así en esa ocasión, el arrepentimiento de ese momento brillaba por ausencia. Fue una de esas veces, pocas veces, que cuando estaba volviendo a casa repasando toda la noche anterior, estaba contento con todo lo que había pasado. Sucesión de acontecimientos perfectamente 'incalculados', miles de detalles que se unieron para que pasara lo que pasó.

Aún así no todo es bueno, al llegar a casa, dormir tres, o cuatro pares de horas, cuando se despertó le llegó la cuestión que tuvo que plantearse por fuerza, esa cuestión que siempre quiso evitar y más tarde o más temprano terminaba por explotarle en la cara. - Ha significado lo mismo para los dos? - La mayoría de las veces le era imposible darle una respuesta adecuada a la cuestión. Pero en está ocasión le fue aún más difícil, porque ni si quiera él tenía claro todavía lo que había significado.

Los placeres espontáneos tienen siempre doble cara. La que disfrutas en el momento, y la que tienes que sufrir una vez terminado. Toda acción acarrea consecuencias. Más sentencia que afirmación, esto siempre ha funcionado así. Ahora bien, hay millones de maneras diferentes de afrontar las consecuencias. Como las afrontaría él?


Vicente Viz.

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