lunes, 10 de junio de 2013

Con dos palabras.

Que un día voy y reviento, si el silencio queda impuesto, por el miedo a equivocarle el sentimiento. Que la quiero sigue escrito, ¿De que forma? bueno... eso es algo que no alcanzo a responder. O al menos eso sigo esculpiéndome en el pecho, cada vez que la miro y me miro al espejo, cada vez que la recuerdo, cada vez que...

Si pudiera verse como la ven mis ojos, de memoria en la retina, hace tanto tiempo ya. Quizá entonces comprendería, de la forma en la que obliga, de la forma en la que espiga, de la forma en la que emigra mi razón. Cada vez que la miro y me miro al espejo, cada vez que la recuerdo, cada vez que...

Que ando parado, varado, más bien anclado a sus maneras.
Que ando colgado, colado, más bien atado a sus caderas.

Que un día me calzo de valor y me voy de senderismo por su espalda.
Que un día me alzo de valor y le desnudo el corazón con dos palabras.



Vicente Viz.

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