Cada vez que te pidan la opinión sobre algo o alguien, te van a incitar a decantarte por una cosa u otra, por un sentimiento u otro, y aunque digas "me es indiferente" en tu interior siempre habrá una balanza que se decante un milímetro arriba o abajo por una de las dos.
La gente que usa la indiferencia como escudo para escapar de una relación, o como arma para molestar a alguien son falsos indiferentes, y creo que todos en esta vida hemos sido falsos indiferentes en alguna ocasión, a veces sin querer, a veces premeditado, poniéndome yo el primero.
La pura indiferencia no existe. Y si existe nunca lo sabrás... porque te resultará indiferente.
Vicente Viz.
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