este nunca no esconde un ojalá.
Estas cenizas no juegan con fuego,
este ciego no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré.
Ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.
A este ruido, tan huérfano de padre,
no voy a permitirle que taladre,
un corazón podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
estos ojos no lloran mas por ti.
J. Sabina.
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