miércoles, 26 de octubre de 2011

Ella.

Uno fue la luna que dejaste en mi colchón, dos tus ojos.
Tres de cuatro barcos naufragaron, en la forma de tus modos.
Cinco las mañanas esperando a que volvieras del trabajo.
Y seis canciones llevo sin dejarte de querer, y no he acabado.
Siete los hoteles, que dejamos sin aliento, y menos solos.
Ocho vinos duelen al soñarte, equivocada en brazos de otro.
Nueve teclas grises, de un piano de pared, desafinado.
Y cinco dedos con mis otros cinco, te recuerdan demasiado.
Once taxis libres enfadados, mientras tu y yo de la mano.
Doce los reclutas que pasaron, por tu campo concentrado.
Trece buena suerte, si es que pasas sin maletas, por mi barrio.
Y puede que el catorce de febrero, se nos junte con los labios.


Andrés Suarez.

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