Vicente Viz.
jueves, 17 de noviembre de 2011
Salvaje.
Hoy me siento juguetón y te lo hago ver. Te pico y me sigues, veo que estás preparada. Voy a tenderte una mano, y cuando la tomes te enrollaré entre mis brazos con un leve y firme estirón. Con mi aliento ya en tu nuca, susurrándote 'eres mía' en el oído. Con tu piel erizada y los brazos ya cruzados, te quitaré la camiseta. Del sujetador se encargarán mis dientes. Voy a tirarte en la cama y en dos segundos quedarás arrepentida de haberte puesto tu falda preferida, no servirá ya ni para trapos. No te preocupes por las medias, tengo de repuesto en el cajón. No te acuerdas en que momento perdiste los tacones, pero menos ya tus bragas. Ahora te cuesta distinguir de quien es ese pie, o que mano está tocando que. Son dos cuerpos explícitamente encendidos y revueltos. Las horas se te van a hacer minutos, y los segundos se te harán horas. Vas a olvidarte del tiempo esta noche, solo existe un 'tu y yo'. En el clímax de tu orgasmo te sacaré una foto, para que recuerdes esta noche que una vez va a suceder. Me encenderé un cigarro al terminar el primer asalto, pero este combate va a ser a doce. Sucio y duro lo definen, pero en el fondo sabes que te gusta. Esta noche daremos sentido a lo salvaje. Esta noche quedará marcada en tu cabeza.
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In-cre-i-ble.
ResponderEliminarSin palabras, o más bien sin aliento.
Un abrazo.
Me halaga que me separes las sílabas de increíble jajajaja
ResponderEliminarGracias chiquilla, y me alegro de que te haya gustado :)