Sonrio cada vez que lo recuerdo y créeme es muy raro,
hay veces que muerdo mi mano para ver si fue soñado,
y es que me he imaginado tantas veces contigo,
que cuando al fin te tuve enfrente solo pude estar... callado.
Entré con lo justo en la cartera y salí,
con el alma llena y eso no lo paga una moneda,
ni, lo hace cualquiera, di de que manera o forma,
conseguiste que por ti rompiese mis normas.
Y el típico chico que fue a la barra del bar,
pidió una copa, vió tu cara y quedó "bocas" sin más,
era un manojo de nervios manejados por tu cuerpo,
gestos lentos... poesía en movimiento.
Y no es un cuento si te "cuento" que mi rostro era un poema,
que el pasado ya es historia, el presente un regalo morena,
y del futuro no sé que será, pero será a tu lado,
yo seré algo tuyo y tu mi eternidad.
David Martínez.
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