pero es algo que está a punto de suceder.
Explotando tus contornos en mi mente,
quiero dibujarte otra vez.
Quiero dibujarte en los pliegues de mis sábanas,
en recovecos del colchón.
Quiero enredarte el pelo, quiero tocarte,
suave, lento, pero con pasión.
Pienso estremecerte entre caricias,
hacerte sudar tinta y escribirte una canción.
Cada verso beso nuevo,
cada beso versado sin condón.
A pelo y a capella,
penetrando en tus maneras,
cabalgando en tus caderas,
recitando tú mi nombre en Si menor.
Pienso clavarte la mirada,
muy profundo,
muy marcada,
saborear hasta el último segundo del calor.
Ay vida,
pobres de las manos que posaron por tus lados tantas huellas sin convicción.
Todas quedarán borradas en el mismo instante en que dejemos de ser dos.
Cuando mis dedos se confundan entre tu piel, los vecinos oíran tu voz.
- No llamen a la policía, por favor, son gritos de placer, un don. -
Vicente Viz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario