y de la habitación donde todo pasó sin prisas, jugando a las caricias.
Que nadie se asuste y muera de pena,
si en un segundo de borrachera,
cambié mi vida junto a ti por a tu vera.
Que nadie se asuste, no, ni tan siquiera,
que tengo triste el corazón a mi manera.
Y aun me atrevo a decir que fuimos en la habitación.
Raúl Rojas.
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